Estos son los 11 esquiladores de Sarandí del Yí en España

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Foto: a la derecha otro uruguayo; Ramiro Bueno de Artigas.

Si  bien el viaje de los uruguayos a la madre patria para esquilar ovejas ocupó espacios destacados en los medios de prensa locales, nacionales e internacionales, poco se sabía de los duraznenses que están allá.

En las últimas horas DURAZNO DIGITAL consultó al alcalde de Sarandí del Yí, Mario César Pereyra, quien -so riesgo de olvidar alguno- confirmó los nombres de los trabajadores sarandiyenses.

Ellos son: Juan Colina, Robert Adán, Jorge Yaben, Nicolás Olivera, Fabio Castaño, Roberto Saura, Daniel Samurio, Maicol Lacuesta, Alejandro Duarte, Ariel Cabral, Manuel De Cena, Danilo Castro y Maxi Urrutia.

Datos de interés (Fuente: El Español)


10 empresarios pagan medio millón para llevarlos en avión desde Uruguay.

Ganan hasta 250 euros diarios. Las empresas presionaron al Gobierno español para que fueran pese a la pandemia. Son los mejores: rápidos y experimentados.

El sector ovino iba camino de la ruina porque la campaña del esquileo empieza en abril y a mitad de mayo las máquinas eléctricas seguían apagadas: no había mano de obra porque el coronavirus impedía a los esquiladores de Uruguay viajar como cada año a España.

El calor de la primavera estaba a punto de causar un problema sanitario en los rebaños de ovejas porque seguían luciendo un abrigo de lana y la sudoración provoca sarna, larvas y una humedad que merma el valor de este tejido en el mercado. Este desastroso horizonte se evitó con un vuelo que pasará a la historia del sector: diez empresas pagaron 533.375 euros para fletar un Boeing 787 para 251 esquiladores uruguayos.

Desde hace una década esta selección charrúa de esquiladores llega de forma escalonada a España entre finales de marzo y principios de abril para comenzar a trabajar con las ovejas.

Embarcarse en esta empresa se antojaba una tarea titánica por dos motivos. Uno era el económico: el pasaje de cada esquilador uruguayo costaba 2.125 euros. El otro era burocrático: tenían que obtener permisos de los gobiernos de España y Uruguay en pleno cerrojazo del espacio aéreo por la pandemia de coronavirus.

Para lograr que el avión cubriese la ruta Montevideo-Madrid se tramitaron un aluvión de escritos a los ministerios de Agricultura, Interior, Exteriores y a la Embajada de España en Uruguay, entre otros organismos oficiales.

Los ganaderos advirtieron al Ejecutivo de que al Ministerio de Sanidad se le podría sumar otro frente al margen de la pandemia de coronavirus: “Habría un problema sanitario grave porque si a las ovejas no se les quitaba la lana sufrirían ataques de larvas”, explica este empresario.

La campaña del esquilado de las 9.106 explotaciones de ganado ovino que hay en España dependía exclusivamente de las cuadrillas uruguayas. No había alternativa: los esquiladores españoles emigran a Francia porque allí les pagan mejor, mientras que los marroquíes no gustan en el sector porque trabajan a tijera. A su vez, los polacos y eslovacos están en Italia.

La obtención de los visados suele demorarse semanas, pero esta vez se tramitaron en un tiempo récord. El 7 de mayo los medios de comunicación uruguayos informaron de que el vuelo a Madrid contaba con todos los permisos.

Más de 100 animales al día


En las explotaciones ganaderas las cuadrillas, compuestas por entre cinco y diez esquiladores, se disponen en una hilera dejando una distancia de seguridad entre ellos. En una jornada de trabajo Leornardo es capaz de quitarle el mullidito manto de lana a 100 ovejas merinas y a otras 150 si son ovejas lisas.

El tiempo que invierte en cada una depende de por dónde ha pasado el ganado: si ha estado en el monte es más fácil esquilar las cabezas porque están más limpias; si han estado en el campo es más complicado porque están más sucias a causa del polvo.

Los esquiladores charrúas están muy bien valorados entre las empresas ganaderas extremeñas. “Hace diez años se contrataba a trabajadores de Europa del Este, pero los uruguayos son más profesionales porque en su país existe tradición ovina y hay gente muy cualificada”, afirma Marco Antonio Calderón, gerente de la Cooperativa Comercial Ovinos de Villanueva de la Serena.

El nivel de profesionalización y la facilidad para comunicarse en castellano con los ganaderos frente a la barrera idiomática de los empleados de Europa del Este y algunas de sus malas costumbres, como pasar la campaña malviviendo en furgonetas de alquiler, son los factores que propiciaron un cambio de tendencia en la nacionalidad de los esquiladores contratados en España. “El 95% son de Uruguay y un 5% del Este”.

Curiosamente, buena parte de la lana que esquilarán los uruguayos durante la campaña en España acabará en China, donde se originó la pandemia que tantos quebraderos de cabeza ha traído.

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