Taller de Artes Plásticas de Durazno: una institución cultural con espíritu fraternal. Por Saúl Piña

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La atención del alimento espiritual cultural, que es a los pueblos igualmente necesario que el cuidado de sus requerimientos materiales.


En  la historia de Durazno, por esfuerzo de las distintas Administraciones Municipales, se ha verificado en los tiempos, una especial preocupación por el fomento de la actividad cultural. 

Es así que funcionan con marcado éxito, servicios culturales de real jerarquía. Merece especial señalamiento la reocupación del Teatro Español, que justificó con creces la elevada inversión que motivó su renovación, posibilitando la presencia en Durazno de espectáculos de elevada jerarquía.

La urgencia de los tiempos que corren, el materialismo y las diferencias que prevalecen en las inquietudes de la sociedad, no deben ser impedimento para elevar el nivel de la actividad cultural, como complemento básico en beneficio de la convivencia social.

El 10 de marzo de 1959, se reúnen en la sala de la “Asociación Amigos de la Música Julio Martínez Oyanguren” un grupo de vecinos integrados por María del Carmen Barreto de Giordano, Myriam Bebanz de Fort, Reyna Cawen, Prof. Jorge Echenique, Hévola Ferrán de Picasso, Maestro Víctor Ltaif y Adolfo Pastor. En esa reunión quedó fijada la creación del Taller Municipal de Artes Plásticas. 

La iniciativa se concreta el 19 de junio, con la inauguración de la institución, en un local frente a Plaza Sarandí, con la presentación de una exposición del Salón de San José. 

La primera actividad se cumplió por parte del Profesor Carlos Tonelli, dictando clases de Pintura y el Profesor Duncan Quintella con clases de Cerámica. 

En el inicio se presentaron algunos problemas económicos en función del compromiso que significaba el funcionamiento del Taller, por el hecho de que se trataba de una institución privada. Es por ello que una delegación integrada por Ana Pastor, Ernesto Giordano y Hugo Lustó, se entrevistaron con el entonces Intendente Dr. Raúl Iturria, planteando la posibilidad de municipalizar la institución, lo que fue compartido por el jefe comunal. 

Se dispuso el traslado al local adquirido por la comuna, en la esquina de Rivera y Lavalleja, lo que se concretó el 15 de agosto de 1959. Ese año se incorpora como docente el plástico Claudio Silveira Silva, lo que fue un gran aporte. 

El tiempo ha transcurrido y la labor que cumple el Taller de Artes Plásticas, denominado con total justicia con el nombre de un destacado Maestro y Profesor, que fuera varios años Director: “Ernesto Giordano”. 

En la actualidad es elevado el número de alumnos, dictándose 11 cursos para adultos y 3 para niños. Anualmente se ofrecen exposiciones que muestran el compromiso y amor que revelan las piezas. Es bueno señalar que se cuenta con un equipo docente de elevada jerarquía, pero además, reina un ambiente muy particular, sobre todo en el grupo de Adultos, donde el escenario es de profunda fraternidad, compromiso y energía espiritual.


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