
Durazno busca posicionarse como un centro neurálgico del deporte uruguayo con un proyecto ambicioso: la construcción del primer velódromo olímpico del país, techado y con pista de madera.
El intendente Felipe Algorta confirmó al citado medio que ya hubo reuniones con el presidente del Comité Olímpico Uruguayo, Fernando Ucha, y con autoridades de la Federación Ciclista Uruguaya, a quienes considera socios estratégicos para concretar la obra.El plan se apoya en la ubicación geográfica de Durazno, en el corazón del país, y en la conectividad que ofrecerá la modernización de la Ruta 5 hacia Montevideo.
Actualmente, Uruguay cuenta con cuatro velódromos -en Montevideo, Paysandú, Mercedes y Tacuarembó-, todos fuera de norma respecto a los estándares de la Unión Ciclista Internacional (UCI). Ninguno es techado ni posee piso de madera, y sus medidas (333 metros) ya no se ajustan al formato olímpico de 250 metros.
Solo el velódromo de Paysandú, que lleva el nombre de Milton Wynants, se mantiene en uso para formación básica. En contraste, el de Montevideo funciona como predio arrendado para espectáculos y los de Mercedes y Tacuarembó permanecen en desuso.
La iniciativa coincide con el retorno de Uruguay al Mundial de Ciclismo en Pista, que se disputará en Santiago de Chile en 2025, luego de 17 años de ausencia. Para Durazno, la apuesta es clara: transformar su infraestructura en un polo deportivo nacional y recuperar protagonismo en la escena internacional del ciclismo.