La otra pandemia que nos acecha. Por Saúl Piña

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Foto: Robert Freckleton

Se  estima que más de 300 especies de mamíferos, aves, reptiles y anfibios han desaparecido en los últimos 500 años. 

Para los científicos nos encontramos en la sexta gran extinción masiva de la historia, siendo la anterior la de los dinosaurios. Si bien parecería una cosa imposible, actualmente se trabaja con marcado éxito, mediante complejas técnicas biológicas, para traer de nuevo a la vida, mediante métodos como la clonación y la ingeniería genética, a algunas de las especies desaparecidas del planeta.

Este fenómeno de la extinción de especies animales, se puede operar también a nivel de seres humanos, y hoy algunos adelantan que el Coronavirus es un acontecimiento similar a los cinco períodos de exterminio ya ocurridos con especies animales.

Ha trascendido recientemente que la muerte de anfibios agravó los brotes de malaria en Centroamérica. Se informa que la disminución de anfibios afecta directamente a la salud humana. Los anfibios se nutren de los mosquitos que trasmiten varias enfermedades, entre ellas la malaria. Investigaciones dan cuenta que también la desforestación provoca serios problemas en el normal equilibrio de la sabia Naturaleza.

Se cita como un grave problema el avance de la deforestación en la Amazonia que es la mayor selva tropical del mundo, donde la tala indiscriminada aumentó casi el 10% en el pasado año, perdiéndose 11.088 kilómetros cuadrados de bosques y selva, afectando seriamente la fauna. Investigaciones en Canadá y Suiza, advierten que la contaminación del aire, precipita el envejecimiento de los pulmones, y que cada día que aumentan las partículas contaminantes, equivale a dos años de desgaste respiratorio. Los estudios señalan que la degradación del medio ambiente, propicia la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que es la tercera causa de muerte mundial.

El hombre creyéndose el amo máximo de todos los misterios, supuso que los recursos de la tierra eran inagotables y los explotó sin ningún tipo de medidas. En nuestro país la explotación del agro es fundamental y depende de la tierra. Informes científicos, señalan que las malas prácticas agrícolas acumuladas han ido deteriorando nuestros suelos, y según un informe de la OEA, el 80% del suelo productivo uruguayo, tiene algún grado de erosión.

En un tiempo el hombre acusó a la naturaleza, de ser responsable de los cambios climáticos, provocando la trasformación del medio ambiente, con la desaparición de selvas, disminución de los pastos y la extinción de valiosas especies de la fauna. Comprobado que esto no es tan así, ya que la acción de los efectos naturales es lenta y dura milenios. Los grandes cambios se han originado por el accionar humano, que al intensificar sus explotaciones, no tuvo en cuenta el equilibrio biológico y es el
responsable de todos los desastres.

Sin la visión de la naturaleza no hay creación humana. La historia de los pueblos, es la historia de sus recursos naturales; su ciencia y sus artes, son el reflejo de sus panoramas.
Hipócrates (460-375 años antes de Cristo, en su obra Aires, aguas y lugares, resalta la importancia del ambiente como causa de enfermedad.

Hoy, tenemos que tomar conciencia de mantener el equilibrio de la Madre Naturaleza, como camino cierto para una vida digna y de futuro para nuestros hijos.


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