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| En el marco de la Ley de Responsabilidad Penal |
El inspector general del Trabajo, Gerardo Rey, dijo a TNU “que a pesar de las sanciones, multas y clausuras, la empresa continúa incumpliendo”. Las declaraciones del jerarca fueron recogidas por radio Uruguay en su página web.
El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) inició acciones penales contra el Frigorífico de Durazno por incumplimiento de la normativa de seguridad laboral, luego de agotar las sanciones previstas sin haber logrado cambiar la situación.
Las denuncias contra el frigorífico Frigocerro de Durazno se han sucedido en los últimos años, haciendo mención a “severos problemas” de vulneración de los derechos de los trabajadores, además de problemas ambientales y pésimas condiciones sanitarias en el lugar de trabajo. Denuncias que fueron avaladas por el propio MTSS, que el año pasado constató un caso de persecución sindical, y por la Comisión del Trabajo de Diputados, que comprobó en el lugar el alcance de la situación.
En su momento, varios legisladores reconocieron la impunidad del propietario del establecimiento, que en forma reiterada ha sido sancionado económicamente, pero mantuvo las condiciones de trabajo tras hacerse cargo de las multas, sin responder a los reclamos.
El inspector general del Trabajo, Gerardo Rey, dijo este lunes a TNU que la medida se tomó considerando el permanente incumplimiento de la empresa y en el marco de la Ley de Responsabilidad Penal.
Según explicó Rey, a pesar de las denuncias, multas y clausuras realizadas, cuando han ido posteriormente a inspeccionar el frigorífico “los temas relevantes siguen sin resolverse”.
A principios de año, tras una visita al establecimiento, integrantes de la Comisión de Trabajo enviaron una carta al prosecretario de Presidencia, Juan Andrés Roballo, denunciando que la situación comprometía “seriamente” la salud y la seguridad laboral de los trabajadores.
Entre otros aspectos, señalaron que muchos trabajadores cumplen sus tareas sin guantes y en pésimas condiciones sanitarias, como el hecho que numerosos animales muertos son amontonados al aire libre, muy cerca del cauce del río Yí, a donde se vuelcan todos los vertidos de la planta de faena.
