Desafíos para el nuevo tiempo. Por Saúl Moisés Piña

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En muchas partes del mundo y justificando valores básicos como la libertad y la justicia social, se proclama como único camino una revolución.

En este Uruguay también nos hace falta una revolución, pero muy lejos de ser por medio de la fuerza, debe operarse en el ámbito del lenguaje, como forma de devolver a las palabras, el valor preciso que le confieren los sentimientos y pensamientos acumulados en el significado de ellas a través del tiempo, de modo que la experiencia las nutra en lugar de desgastarlas y hacerlas vacías de contenido.

Esto es necesario que ocurra para que las palabras vuelvan a servir como herramienta de compromiso y cumplir con su misión de instrumento para la comprensión y el relacionamiento entre los orientales, fundamentalmente en la política, donde el esfuerzo por aparentar que se dicen cosas nuevas, no lo son tal, lo que impide que se adviertan las reales y profundas coincidencias que puede haber entre los actores aparentemente encontrados, o las grandes diferencias entre lo que se dice, y lo que después se hace.

Hay temas en este país, donde de manera inexplicable no los encaramos como es necesario. Uno de ellos es el fenómeno de la robotización que ya se ha instalado en el ámbito de la industria y el comercio. Un reciente informe señala que una Médica con postgrado, tiene la posibilidad de que el 17% de su trabajo, hoy pueda ser robotizado. Un funcionario bancario con estudios avanzados, tiene la posibilidad de que el 52% de su labor se robotice y en el caso de un peón rural sin mayores estudios, el riesgo de que el 79%, lo haga mejor una máquina, fenómeno que ya viene ocurriendo.

Estos temas relacionados con las fuentes laborales son los que deben ser prioritarios en este momento, y es evidente que tienen una relación directa con la educación y con la instrucción, que en estos tiempos debe tener la capacidad de enseñar el ingenio de adaptase a los cambios, que las nuevas tecnologías nos plantean de forma acelerada.

El 26 de mayo de 1816, Dámaso Antonio Larrañaga, haciendo referencia al sol de mayo, expresó: “Abrió las puertas de la ilustración.-También el mismo día, Artigas mandó: “Sean los Orientales tan ilustrados como valientes”.

El actual panorama educativo indica que dejamos de cumplir en su totalidad con estos postulados y que hoy prima el menor esfuerzo y más retribución, una ecuación que en el mundo actual no funciona. Postergamos temas vitales para el futuro del país, como es una reforma educativa actualizada y acorde con los nuevos tiempos.-Solucionar el tema de la seguridad, donde la sociedad tiene sensación de desamparo.

El tema energético que es la madre de todo sistema productivo. Racionalizar los gastos del Estado apoyando la máquina de producción, tanto del campo como de la ciudad. Uruguay es un país rico y con proyección de un mejor futuro. La intención de emigrar de muchos jóvenes debe tener una solución. Dime que prevé el Presupuesto General de la Nación y te diré que porvenir nos espera.





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