Acertado proyecto para Villa "Carmen". Opina Saúl Moisés Piña

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No existe duda que uno de los problemas de carácter social y económico que afecta más agudamente a un importante número de familias en nuestro país, es el referente a su déficit habitacional.

El sueño de la casa propia es uno de los problemas que se presentan desde el punto de vista de las economías familiares, en cuanto la vivienda es uno de los bienes imprescindibles para poder llevar a cabo una vida decorosa, y para obtenerlo se requiere un esfuerzo muy considerable desde el punto de vista financiero.

Pero la vivienda tiene también repercusión extraordinaria, enfocadas las cosas desde el aspecto productivo, es decir, tomando en cuenta lo relativo a la industria de la construcción.

Se trata de uno de los rubros laborales que todo país organizado debe tener siempre en funcionamiento, porque tiene varias características que son muy importantes, como por ejemplo que ocupa un gran número de personas directamente y que, además, pone en movimiento un conjunto sumamente importante de actividades accesorias que suponen también trabajo y, por ende, fuentes de ocupación, generando no solo salarios sino además ingresos desde el punto de vista impositivo.

Es vital también la continuidad, desde el punto de vista empresarial, que desde hace algunos años viene cayendo en forma alarmante, con la pérdida de miles de puestos de trabajo y el grave perjuicio que se ocasiona al sector de barracas, ladrilleros y fleteros, entre otros.

Es evidente que la construcción de vivienda -bienes que son en definitiva destinados al consumo- significa una inversión que el país no está en condiciones de hacer en todo lo que resulta necesario para superar el déficit habitacional actual.

Se suma la circunstancia de la escasa capacidad de ahorro de los trabajadores, lo que sumado al elevado índice de impuestos que tiene la industria de la construcción, lo que resulta un verdadero atentando contra el elemental derecho ciudadano de la vivienda propia; hace muy difícil poder encarar de manera personal algún pequeño proyecto habitacional.

Se concretó en Villa del Carmen la inauguración de siete viviendas para pasivos, en el marco de un convenio entre la Intendencia de Durazno que colabora con el predio, MEVIR, el Ministerio de Vivienda y el BPS.

Se trata de una acertada iniciativa que suma el concurso de estas instituciones, lo que debe ser valorado y servir como ejemplo para nuevos emprendimientos, no solo de viviendas, utilizándose el dinero en directo beneficio de los ciudadanos y no en algunas empresas de dudoso funcionamiento.

Se debe dinamizar también los planes de ayuda al sistema cooperativo de viviendas, en los cuales están integrados miles de uruguayos en espera de trámites que se “arrastran” lentamente y sin explicación lógica.

La construcción y la vivienda propia tienen aristas que tocan diversos aspectos de la problemática social. De un lado otorga justa satisfacción de una necesidad fundamental. Del otro, factor vigorizante de la economía y mecanismo que sirve por la ocupación que brinda para distribuir mejor el ingreso nacional.





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