Preparando la integridad del ciudadano. Por Saúl Piña

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Es común la afirmación de que, por lo menos en la presentación, casi todas las tendencias partidistas en que se divide la opinión política, pretenden buscar o sostener propósitos de mejoramiento de la vida de los pueblos.

Se reitera aquella afirmación de que “tenemos vocación de servicio”.

Está muy bien la intención y la promesa, la gran cuestión consiste en el modo de operar para lograr lo buscado. Ocurre con frecuencia, para mal de los ciudadanos, que algunos predicadores de innovaciones, no cumplen con la promesa cuando llegan al cargo .

Otros acuden a malos procedimientos y cometen actos ilícitos y tratan de envolver con palabras los riesgos de sus engañosas acciones.-

No hay duda que la gran garantía de los pueblos, está contenida en la demanda de democracia y leyes justas. Y el punto de partida inevitable, es el de la educación, la que se debe dar en condiciones de igualdad en los comienzos, es decir, en las etapas de formación de la libre personalidad del futuro ciudadano.

Las diferencias vendrán, después en la vida, en la que a cada uno habrá de corresponderle lo debido a sus méritos y virtudes; más allá de si vino de hogar humilde o pudiente. En estos días han dado comienzo los cursos en todas las ramas de la educación, lo que marca un tiempo de alegría muy especial en la vida de la República.

Los espíritus prudentes de padres con responsabilidad, han tomado las providencias de que sus hijos tengan todos los elementos para poder iniciar con normalidad un nuevo año en el apasionante camino de la vida y , en la preparación de la forja de un futuro mejor.

Por su parte el Estado debe facilitar la mayor porción de recursos, aplicados al sistema educativo, por cuanto esta inversión nunca será un gasto. En la medida, que una sociedad atiende el libre desenvolvimiento de la mente, del espíritu y de las energías del niño y el joven, prepara la integridad del ciudadano y, por lo tanto, renovadas expresiones de progreso social en todos los planos.

Las informaciones sobre la educación en Uruguay, señalan problemas en algunas habilidades fundamentales. Se dice también que el nivel educativo no alcanza lo deseado por falta de mayor presupuesto , como también de que hay un porcentaje de alumnos que no pueden lograr asimilar conocimientos, porque provienen de hogares sin recursos, porque han padecido la exclusión social o porque están creciendo en familias disfuncionales.

Algo de todo esto existe, pero este panorama plantea un desafío que existe compromiso de quienes tienen la responsabilidad de planificar las líneas educativas, también de los docentes, de los sindicatos y, naturalmente de los padres en el seno familiar. La tarea no es fácil, pero es realizable, si se pone compromiso, alma y razón clara, para volver triunfante el anhelo de tiempos mejores.





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