Recuperar las ricas tradiciones. Escribe Saúl Piña

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El Día de las Américas es una celebración anual que se conmemora el 14 de abril en todas las repúblicas americanas como símbolo de la soberanía y de su unión voluntaria en una comunidad continental.

La fecha fue elegida, porque en 1890, mediante resolución de la Primera Conferencia Internacional Americana, se crearon la Unión de las Repúblicas Americanas y su secretaria permanente, lo que posteriormente dieron paso a la Unión Panamericana y luego a la actual Organización de los Estados Americanos OEA, que fue creada en el año 1948.

Dentro de los postulados considerados para la celebración del Día de las Américas, se establece, que las naciones de América podrán reafirmar los ideales de paz y solidaridad continental que todos profesan, fortalecer sus lazos naturales e históricos y recordar los intereses comunes y aspiraciones que hacen a los países del hemisferio un centro de influencia positiva en el movimiento universal a favor de la paz, la justicia y la ley entre naciones.

Para conmemorar el Día de las Américas, se realizó un acto en la Cámara de Diputados, donde el orador fue el legislador de Unidad Popular Gonzalo Martínez, quien a modo de homenaje, se refirió al “Che Guevara”.

A través de su historia nuestro país ha forjado brillantes tradiciones, de lo que no solo debemos estar orgullosos, sino también valorarlo en su total dimensión y luchar de manera constante por su mayor proyección.

En el aspecto histórico, entroncamos con la gesta independentista del continente, donde se destaca con destellos propios, la figura de nuestro Prócer José Artigas.

En el terreno político, el Uruguay tiene bien ganados prestigios en el exterior, mediante la implantación de leyes sociales de avanzado tinte, por la iniciativa de gobernantes con visión de futuro, que ubicó al país en un plano de excelencia.-

En el ámbito de la cultura, se destaca una escuela literaria y científica muy generosa, donde surgieron espíritus como Varela, Rodó, Vaz Ferreira, Florencio Sánchez, Horacio Quiroga, Delmira Agustini, María Eugenia Vaz Ferreira ,Enriqueta Compte, María Vaz Ferreira, Juana de Ibarbourou, Dra. Paulina Luisi, entre otros ciudadanos que le dieron más prestigio al nivel cultural del país.

En el plano científico podemos citar a Clemente Estable, Américo Ricaldoni y también al duraznense Miguel Rubino, cuyo prestigio se extendió fuera del país. Uruguay tiene el gran privilegio de que no necesita recurrir a hombres de otras tierras, para conmemorar acontecimientos relacionados con la paz, la solidaridad, el conocimiento y el amor a su tierra.

Resulta extraño, preocupante y poco feliz, que desde el Legislativo Nacional se ignore una extensa y particular nómina de ciudadanos del más fino metal, que aportaron valores verdaderos y otorgaron prestigio internacional al Uruguay, cuyo recuerdo y reconocimiento debe tener prioridad, porque además fueron orientales con proyectos y afectos patrióticos y no ideológicos o místicos.

El gran compromiso de los pueblos, es fortalecer la fuerza de la identidad nacional y de ese valor que se llama tradición.

Si nos olvidamos de las bases en las cuales se cimentó esta República, estamos contribuyendo a las limitaciones mentales de los ciudadanos, lo que implica una pobreza más grave que la económica y una vía del manejo del hombre por el hombre.







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