ADID: una institución que merece destacarse. Por Saúl Moisés Piña

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La historia del Uruguay no es sólo un cumulo de actos violentos y de situaciones injustas que nos muestran un elevado grado de inseguridad, intolerancia ciudadana, ausencia del respeto al semejante y alejamiento del humanismo por parte de un sector de la población.

Por suerte hay otra historia, forzada a lo episódico y que no ocupa titulares en los medios. Es la historia de la esperanza, del trabajo, del pensamiento positivo, del gesto solidario, del compromiso con el vecino y del respeto a las normas de convivencia.

Es una rica obra de mujeres y hombres que comprometidos con la sociedad donde viven y donde se crían sus hijos; son permanentes obreros de la vida, con un elevado compromiso con la realidad que les toca enfrentar, pero también sensibles a las dificultades de sus semejantes.

En este Durazno hay vecinos, que en forma silenciosa, ponen su generosidad de espíritu al servicio de acciones de profundo contenido social, con entrega de ideales, voluntad de servicio, mucha energía y una enorme carga de amor.

Tal es el caso de la Comisión Directiva de (ADID) Asociación de Impedidos de Durazno, que con el concurso de los funcionarios integran una gran familia. Actualmente asisten a la sede un total de 85 duraznenses, entre niños y adultos, la mayoría de los cuales provienen de sectores carenciados y presentan capacidades diferentes, recibiendo una atención integral diariamente.

El Estado hace un aporte económico mensual, cuyo monto no resulta suficiente para cubrir los gastos que implica la actividad, que incluye, el servicio de transporte, la alimentación y el pago de profesionales, funcionarios y los gastos de mantenimiento del local.

Estos vecinos, con espíritu de apostolado, trabajan sin aparecer en los medios, no buscan reconocimientos ni votos, tampoco falsos oropeles; cumpliendo con el ejemplo, la manida frase que en tiempos electorales se oye: “tenemos vocación de servicio”. Se trata de un equipo de duraznenses, que ponen amor, compromiso, tiempo y hasta recursos propios.

La Directiva la preside el señor Luis Cal y la integran: Amelia Tierno Abreu y Myriam Lobelcho, siendo la Encargada la Sra. Andrea Ramos.

En estos tiempos donde el individualismo competitivo cobra cada vez más fuerza y donde la soledad y la desubicación espiritual avanzan en la sociedad, obras como ADID, ponen en evidencia que el amor es la repuesta última y primera del ser humano. Es imperioso un mayor apoyo de las autoridades para esta obra de elevado contenido social, y sazonada con la filosofía de Artigas, cuando señalaba que “los más infelices serán los más privilegiados”.



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