Sobreendeudamiento: un problema legal y social. Escribe Alejandro Guerrero – Escribano Público

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Hoy asistimos la peor crisis de deuda privada de la historia. Nuevas líneas de crédito, miles de productos y servicios que captan clientes mediante elaboradas estrategias de marketing y neuromarketing para crear la necesidad de consumo.

Algunos meses atrás, el presidente del Banco Central del Uruguay, Diego Labat, informaba en una entrevista en la ciudad de Salto sobre una cifra aproximada de 600.000 uruguayos con categoría 5 en la Central de Riegos de dicho banco. 

Para la Central de Riesgos las personas se categorizan en 5 tipos, siendo la número uno la mejor y la quinta la peor en términos financieros, considerados deudores irrecuperables. También la empresa Clearing de Informes cuenta con un sorprendente registro de personas con múltiples deudas, en su mayoría, por préstamos al consumo y tarjetas de crédito impagas. 

¿Es un problema legislativo? 


Debemos reconocer que en nuestro país no existe una normativa que ampare a los deudores (personas físicas). Otro es el caso de las empresas, que cuentan con la Ley de Concurso 18.387 (estado de quiebra) que les habilita un proceso mediante el cual pueden salvar su capital y volver a funcionar. 

Hoy existen algunos proyectos de ley en el Parlamento que pretenden regular esta situación y darles una salida digna a las personas con esta problemática, ya que, la solución que actualmente nos ofrece la ley es pagar o ser ejecutado, lo que implica responder con nuestros bienes, aunque ello sea nuestro propio hogar.

Algunos juristas denominan esta situación como “muerte civil” y la verdad que refleja cabalmente lo que atraviesan algunos deudores. Estamos hablando de la imposibilidad de obtener nuevos créditos, no poder arrendar un inmueble, retenciones salariales, acoso por parte de las recuperadoras de activos, y muchas veces, hasta problemas para conseguir trabajo. Si todos estos elementos no constituyen la muerte civil, podemos decir que es una larga agonía que se desarrolla por años, incluso décadas. 
 

Por otro lado, las tasas de interés y la ley de usura 


El tope actual de interés que puede aplicar un banco o financiera ronda el 130% (aproximadamente) sobre el capital efectivamente prestado. Es decir, que una deuda de $50.000 puede superar rápidamente los $100.000, eso sin contemplar intereses moratorios (mora), que se generan cuando surge atraso en el pago de las cuotas. Estamos hablando de cifras astronómicas para el bolsillo de un trabajador, pero lamentablemente, aún no se discute una modificación de esta ley del año 2007, un poco injusta para los tiempos que corren. 

 

También podría ser un problema social


De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Stanford, existe un área en el cerebro que se activa cuando pensamos en nosotros mismos y de manera más débil cuando pensamos en otras personas. Utilizando un resonador magnético para analizar la actividad cerebral, descubrieron que cuando pensamos en nuestro futuro se activa de igual manera que cuando pensamos en otras personas, es decir, que nuestra mente interpreta a nuestro futuro como otra persona (el otro yo). Es por esto, que cada decisión de obligarnos a futuro y/o ahorrar es para nuestro cerebro un acto de altruismo. 
Instintivamente, tendemos a priorizar el presente, por eso es más probable que no ahorremos y tomemos obligaciones financieras arriesgadas para nuestro futuro. 
 
Nuestra mente, el mercado, los intereses de las empresas y la legislación poco tuitiva, generan un panorama propio de una película de terror que cada vez se agudiza más y afecta a miles de uruguayos.   IR A PORTADA 

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