En las últimas horas se produjo el fallecimiento de Terry Johnson (76), destacado empresario y ex dueño del frigorífico BPU, cuya moderna planta en Durazno marcó hitos en la industria cárnica sudamericana. Johnson, que levantó de cero el establecimiento junto a ruta 14, con una inversión no menor a 150 millones de dólares, y trascendió fronteras al llevar la excelencia de la carne uruguaya al mundo, cerró su ciclo vital en Portugal.
En su gestión al frente de Breeders y Packers Uruguay (BPU), propició la exportación de carne de calidad, siendo un precursor en el sector. Posteriormente, optó por comercializar la compañía a la japonesa NH Foods, que, a su vez, la vendió a la firma Minerva. Durante su tiempo como líder de la planta, no solo impulsó la excelencia productiva, sino que también demostró su compromiso con el bienestar comunitario.Además de revolucionar la industria frigorífica, Johnson destacó por su afición al boxeo, estableciendo un gimnasio de última generación en las instalaciones de BPU. Este espacio no solo satisfacía su pasión personal (había sido boxeador), sino que también se ofrecía generosamente a pugilistas necesitados de un lugar para entrenar. Su legado trasciende al haber donado todos los implementos a la Intendencia de Durazno, al gimnasio ubicado frente al estadio Landoni, que hoy lleva su nombre en reconocimiento a esa generosidad.
Según la información brindada por el ex director de UTE, Dr. Felipe Algorta, Johnson había establecido su residencia en Portugal, donde gestionaba una destacada cadena de restaurantes. Estos establecimientos ofrecían carne producida en el departamento de Durazno, evidenciando así su arraigo continuo con la región centro de Uruguay. La partida del ejecutivo deja un vacío en el mundo empresarial y en quienes valoran su legado de visión y generosidad.
