A veces una infracción de tránsito puede desatar una cadena de acontecimientos mucho más compleja. Así ocurrió el jueves 3 de julio -a las 20:45- en Durazno, cuando un móvil de la UNATED realizaba una recorrida preventiva y detectó a un motonetista que, al divisar la presencia policial, decidió cruzar un semáforo en rojo.
La actitud evasiva encendió las alarmas. Los efectivos iniciaron un seguimiento a distancia que se transformó en una persecución breve pero intensa. Finalmente, el joven fue interceptado en la esquina de Andrés Latorre y Eusebio Píriz. Pero antes de ser alcanzado, arrojó un objeto hacia una vivienda cercana: una pistola calibre 22 con diez cartuchos, según pudo establecer luego la investigación.La motocicleta que conducía -en contramano- era una Zanella Sapucai 200 cc. El arma, en tanto, tenía pedido de requisitoria por hurto en la Jefatura de Policía de Flores, lo que terminó por complicar aún más el caso del ahora procesado.
Tras su comparecencia ante la Fiscalía de 2º Turno y el Juzgado Letrado de 4º Turno, el sujeto de 19 años fue condenado como autor penalmente responsable de los delitos de "porte y tenencia de armas en lugares públicos, tráfico interno de armas de fuego, receptación y disparo de arma de fuego, todos en régimen de reiteración real".
