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| Foto a título de ejemplo.- |
El edil Marcos Motta solicitó en la Junta Departamental la reapertura de la escuela rural N° 58, cerrada hace unos ocho años, para evitar el largo viaje que realiza una sola familia.
El despoblamiento de las zonas rurales y el consecuente cierre de escuelas está forzando a dos niños de un paraje de Tala de Mariscala a realizar un viaje de 40 kilómetros para acceder a la educación pública, una situación que fue puesta sobre la mesa como un emblema de la crisis del interior profundo.El escribano Motta -nacionalista- expuso el caso durante la sesión ordinaria de la Junta Departamental de Durazno, el pasado jueves 6 de noviembre. Basándose en conversaciones con vecinos de la zona, ubicada entre El Carmen y Sarandí del Yí, Motta detalló que los dos niños, de 7 y 10 años y pertenecientes a una misma familia, deben ser trasladados a diario por sus padres a la escuela N° 17 de Paso Castro. Este trayecto implica recorrer 20 kilómetros de ida y otros 20 de vuelta, sumando aproximadamente 80 kilómetros diarios para los padres.
Frente a esta realidad, solicitó que se estudie la posibilidad de reabrir la escuela N° 58 de la localidad, que permanece cerrada desde hace siete u ocho años por falta de alumnos. Motta recordó que existen precedentes de centros educativos que han funcionado con un solo estudiante, como fue el caso de la escuela N° 80, clausurada recientemente luego de que la única familia con un niño en edad escolar se trasladara de la zona.
En su intervención, no solo se refirió al derecho a la educación, sino que también enfatizó el rol social que cumplen estas instituciones en el medio rural. Argumentó que las escuelas son núcleos de integración comunitaria, donde los vecinos se unen para su mantenimiento y generan vínculos, actuando como un antídoto contra el aislamiento y la despoblación.
La propuesta busca no solo resolver la situación inmediata de esta familia, sino también sentar un precedente para revitalizar la vida en la campaña. Motta expresó su esperanza de que, al reabrir la escuela (que está en el lugar de residencia de la referida familia), no solo se solucione el problema de acceso para estos dos escolares, sino que también se pueda atraer a otras familias con hijos en edad escolar que residan en la zona, contribuyendo así a revertir la tendencia al vaciamiento de las comunidades rurales.
Se sumó el edil Pedro Hernández
Posteriormente, el edil Pedro Hernández, del Frente Amplio, se refirió a una situación similar durante la misma sesión, aportando otro caso que refleja la misma problemática en el departamento.
Hernández señaló que, en el marco de las recorridas por el interior, se le planteó la necesidad de reabrir la escuela N° 31, ubicada en la localidad de Sarandí del Río Negro. Explicó que en las inmediaciones de la escuela reside un niño en edad de cursar primer año, y a aproximadamente un kilómetro, dos mellizos de cinco años. En la actualidad, estas familias deben trasladarse 31 kilómetros diarios para que los niños puedan asistir a clases.
El curul anunció que elevará una nota formal al presidente de la Junta, detallando la situación específica, y solicitó que el asunto pase a la Comisión de Educación y Cultura de este Cuerpo. Propuso, además, que se analice de manera conjunta con los casos previamente planteados: la escuela N°58 de Tala de Mariscala, mencionada por Motta, y la escuela N° 59 de Paso Aguirre.
Como una posible vía de solución, Hernández informó que ya se han mantenido contactos con las autoridades de MEVIR, sugiriendo que podrían establecerse convenios con el organismo para recuperar y poner en funcionamiento estas escuelas rurales, garantizando así el derecho a la educación de proximidad para estos niños.





