Tras el terremoto de magnitud 7,8 que mató a más de 5000 personas en Turquía y Siria, aparecieron en redes sociales videos de decenas de pájaros supuestamente revoloteando desesperados los cielos de las zonas afectadas en las horas previas al temblor.
En este sentido, si bien no se pudo corroborar si las imágenes corresponden a momentos precedentes al terremoto, muchos se preguntaron si los animales, en especial los pájaros, pueden vaticinar catástrofes como estas.Según un informe que elaboró The Washington Post al respecto, habría evidencia científica que avala la teoría de que algunos animales se comportan raro antes de los temblores. Veamos qué dicen dos fuentes.
Cuestión de ondas
Para el Servicio Geológico de Estados Unidos, todo se trata de percepción de ondas sísmicas. Para eso hay que saber que, cuando se trata de terremotos, existen las ondas primarias (P) y las secundarias (S).
Tal como recoge el Post, el comportamiento anormal de los animales antes de los temblores puede tener que ver con la diferencia que hay entre ambos tipos de ondas.
La explicación radica en que las ondas P, las primeras emitidas por un terremoto, viajan a millas por segundos desde el epicentro y pueden ser notorias para los animales al igual que las S, que son más fuertes y sacuden el suelo alarmando, en este caso, también a los humanos.
“Muy pocos humanos notan la onda P más pequeña que viaja más rápido desde la fuente del terremoto y llega antes que la onda S más grande. Pero muchos animales con sentidos más agudos pueden sentir la onda P segundos antes de que llegue la onda S”, afirmó una guía del Servicio al medio estadounidense.
Animales vs humanos
Como segunda fuente se puede tomar un estudio que elaboró el director del Instituto Max Planck del Comportamiento Animal, Martin Wikelski.
Para Wikelski, los animales pueden sentir los terremotos incluso antes de que se produzcan. “Tenemos una muy buena indicación de que los animales realmente sienten los precursores de los terremotos, y no es actividad sísmica”, dijo el investigador al Post.
En un estudio realizado en 2020, un grupo de investigadores adhirió etiquetas electrónicas (como pequeños teléfonos móviles) a vacas, perros y ovejas en una granja italiana y observó su movimiento durante meses cuando se detectaron terremotos cerca.
Haciendo ésto descubrieron que los animales eran usualmente “superactivos” y producían movimientos continuos de más de 45 minutos antes de siete u ocho terremotos en la cercanía.
