Debemos proteger nuestra única casa: la Tierra. Escribe Saúl Piña

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En estos tiempos se plantean diversos temas que son materia de preocupación por parte de la población uruguaya, donde se destacan: seguridad, educación, las paralizaciones laborales, los temas judiciales, fuentes laborales, la campaña política donde prevalece el enfrenamiento por sobre las ideas.

Pero es bueno señalar que existe una crisis silenciosa que aumenta considerablemente, a la que no le otorgamos la debida atención pero que compromete nuestro futuro: la erosión de los suelos, la afectación de las pasturas naturales, la contaminación de ríos y arroyos, la desforestación del monte indígena, el despoblamiento del medio rural y la degradación de la fauna. Todos estos problemas son reales y se producen en el marco de una falta de atención de quienes vivimos en este planeta. 

Seguramente hay quienes afirman que estos temas que son un fenómeno de contaminación ambiental, constituyen una sofisticación propia de los países altamente industrializados y que, no tienen mayor incidencia en el Uruguay.  

Lamentablemente esto no es así y el cambio climático es producto del comportamiento humano del cual no somos ajenos. Los hechos indican que el planeta es una unidad y que ha llegado el momento de que el hombre asuma la responsabilidad de que se deje de considerar a la Tierra como un simple objeto explotado olvidando, de que es el resultado de un equilibrio ecológico sin el cual no es posible la supervivencia ni del reino vegetal ni del animal, incluido desde luego, el hombre.

El 5 de junio se conmemora el “Día Mundial del Medio Ambiente”, lo que será motivo de expresiones de preocupación y de planeos para paliar la incidencia de algunos problemas que vienen causando distorsiones ambientales, originados por la nefasta incidencia que tiene el mal manejo de los recursos naturales y la utilización de productos nocivos utilizados en la sociedad industrial. 

La Naturaleza se siente agredida ante la insensatez y falta de previsión del hombre civilizado, que se sirve de la tierra sin amarla y sin respetarla, ignorando que todas las cosas están en el mundo de tal modo interaccionadas y que lo que ocurre a una, se refleja y repercute sobre las otras.

Como reflexión recordatoria del “Día del Medio Ambiente”, es oportuno, analizar el contenido de un valioso documento que enviara el Gran Cacique de Washington, el Jefe indio Seattie, sobre fines del 1800, al Presidente de los EE, donde expresaba: 

”Somos una parte de la Tierra y ella es parte nuestra. Las flores perfumadas son nuestras hermanas. Los ciervos, el caballo, la gran águila son nuestros hermanos. 
Las alturas rocosas, las praderas jugosas, el calor del pony y del hombre, todos ellos pertenecen a la misma familia. El hombre blanco debe enfrentarse a los animales de la Tierra como hermanos. Soy un salvaje pero no lo concibo de otro modo. Continuidad infectando vuestras tierras y día llegará en que os asfixiareis en vuestra descomposición”.

Es deber de este tiempo, hacer lo posible con responsabilidad, un mundo más habitable, desarrollando una actitud mental y educativa dirigida a la preservación de nuestros recursos naturales. Esta es nuestra única casa, ya que por ahora, la humanidad solo puede vivir en el planeta verde, en la Tierra.  IR A PORTADA 

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