Vigencia de los partidos políticos. Por Saúl Piña

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Muchas veces resulta necesario recurrir a la Historia para recoger sus enseñanzas y para analizar como en el pasado, se dio solución a situaciones que pueden plantearse con caracteres similares en el presente.

Es correcto que así sea desde que la Historia es buena maestra y mejor consejera.

Después de superar etapas de enfrentamientos y batallas, donde se demostró la tradición de un pueblo que había nacido para ser libre, demostrando la necesidad de la justicia social, se le sumó con el tiempo una organización institucional adelantada y eficiente que habilitó la clara definición de las metas que se esperaban lograr con una convivencia social en paz y con optimismo.

Hoy se tiene muy claro, que ni la democracia existe ni el funcionamiento de los organismos del Estado es posible sin partidos políticos. Y es bueno que existan más de uno, ya que el partido único, el que algunas corrientes políticas defienden, es el sinónimo de dictadura y caos para los pueblos.

Nuestra historia señala, que luego que la República fue constituida, nacieron las dos tendencias dirigidas por sus fuertes caudillos, Rivera y Oribe, que si bien marcaron sus diferencias, consolidaron nuestra independencia y fueron moldeando a nuestra democracia hasta llegar al ejercicio ejemplar del sufragio y al acatamiento de la voluntad popular.

El 18 de setiembre de 1836 los campos de “Carpintería”, ubicados en la 5ta. Sección; fueron escenario de la histórica batalla, que señala la creación de los denominados partidos tradicionales, identificados como: colorado y blanco.

-Este hito histórico trasciende a un mero acontecimiento partidario y se integra a un aspecto fundamental de la vida de la República.-Cada partido representaba una tendencia y una corriente de pensamiento, que con los tiempos ha tenido matices, diferencias y también coincidencias, que han tenido profundas incidencias en los gobiernos.

Lo que no se puede cuestionar, es que ambas corrientes políticas, son esencialmente defensoras a través de la voluntad de sus integrantes, de los valores de la organización democrática y de la vigencia del régimen republicano representativo.

En este Uruguay son muy valiosas las cosas que se han obtenido para el bienestar general, donde la vigencia de los partidos políticos ha sido –y sigue siendo—fundamental, y la mejor herramienta para el logro del desarrollo y progreso del país.-No podemos ignorar que en estos tiempos, y en mérito a hechos de desvíos de actores públicos, hay un porcentaje de ciudadanos que tiene descreimiento sobre el sistema político, lo que debe llamar a la reflexión.-

Más allá del color y de las tendencias que hoy tienen los partidos políticos, los uruguayos todos, queremos un país de paz y de trabajo, de esfuerzos constructivos y de solidaridad; de personas hermanadas en el esfuerzo común que demanda la empresa de edificar un mejor país, tratando de superar etapas para ingresar de forma definitiva en la alegría de la convivencia.

Fomentar el sentido de tolerancia, asumiendo que es en los orígenes de nuestra historia, donde puede encontrarse los principios inspiradores, que viven en el espíritu de nuestro pueblo y que son capaces de consagrar para el mismo, el Uruguay de justicia que soñaron aquellos hombres nuestros, que pusieron en las manos de sus herederos, una bandera de libertad, igualdad y fraternidad.





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