Las elecciones de 1958. Por Saúl Moisés Piña

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El 30 de noviembre se cumplen 60 años del acto eleccionario que llevó al Partido Nacional al gobierno luego de 93 años de ostracismo.

El conglomerado del histórico Partido Blanco, asumiría los destinos del país, quebrando casi un siglo de preminencia colorada. Se destaca además, el hecho de que las elecciones del 58 el nacionalismo votaba unido por primera vez, desde la separación entre “Herreristas” y “Blancos Independientes”, producida en la década del 20 y reafirmada durante la dictadura de Terra.

Este avasallante triunfo nacionalista, se logró con el pujante movimiento ruralista que lideraba ese tan particular personaje y caudillo del ámbito campesino que fue Benito Nardone, más conocido como “Chico-tazo”. Como hecho político, los analistas destacan el hecho, a partir del cual se pudo decir que la democracia uruguaya entró en la edad adulta, al producirse la alternancia pacífica de fuerzas políticas en el poder. Sobre los motivos que pesaron para que el Partido Colorado perdiera el gobierno, son muy variados, destacándose el gran olfato político de Luis Alberto de Herrera, acordando una alianza con la “Liga Federal de Acción ruralista” creada por Nardone, que había logrado el increíble fenómeno de unificar blancos y colorados en el escenario campesino.

Se sumaba el hecho de que el modelo económico imperante en el país, venía perdiendo vigencia, el aparato industrial comenzó a fallar, se multiplicaron las huelgas y surgieron muchos conflictos laborales y el Poder Ejecutivo colegiado que por entonces existía, comenzó a ser visto como ineficiente y pesado, hablándose de regresar a la presidencia unipersonal.

El triunfo nacionalista fue aplastante, ganando los gobiernos municipales en 18 departamentos, salvo Artigas. En total votaron 1.410.105 ciudadanos, siendo el 71%de los habilitados. El Partido Nacional obtuvo 499.425 sufragios, lo que significó 17 Senadores y 51 Diputados; mientras que el Partido Colorado, logró 379.062, logrando 12 Senadores y 38 Diputados. El Consejo Nacional de Gobierno quedó integrado por la mayoría por el Dr. Martín Etchegoyen, Benito Nardone, Eduardo V. Haedo, Esc. Faustino Harrison, Dr. Justo M. Alonzo y Dr. Pedro Zabalza.

Por el Partido Colorado: Manuel Rodríguez Larreta, Esc. Ledo Arroyo Torres y César Batlle Pacheco. En Durazno el Partido Nacional obtuvo 16.814 votos, el Partido Colorado 8.123, la Unión Cívica 705 votos, el Partido Socialista 216, el Partido Comunista 127, la Unión Demócrata Reformista 535 votos y el Movimiento Renovador 26 votos.

El Consejo Departamental de Durazno quedó integrado en representación del Partido Nacional, por el Dr. Eduardo Pastor, Homero Andrade y Carballido Etchevarne. Por el Partido Colorado: Ramón Aguirre y Tomás Parallada. UN HECHO INSOLITO A los pocos días del acto eleccionario ya surgieron problemas de relacionamiento interno en el Partido Nacional, entre el grupo de herreristas y los ruralistas, que determinó el distanciamiento de Herrera con Nardone.

Pero el gran problema se registró el 1ro. de marzo de 1959, día en que se producía la ceremonia del traspaso de mando. En la mañana de esa jornada Generales del Ejército solicitaron una entrevista con el Presidente de la República, Don Luis Batlle Berres, planteando la posibilidad de no entregar el poder a las autoridades nacionalistas electas.

Según la versión del entonces Coronel Líber Seregni y hombre de total confianza del Presidente Batlle, los jerarcas militares salieron del despacho con una patada cada uno. De todos modos, el rumor era de que existía una especie de conspiración en el ámbito castrense, al punto—según declaraciones de Seregni—que se había constituido un grupo muy selecto de militares fieles al gobierno, con la misión de velar por la constitucionalidad del país y el normal desarrollo del desfile militar tradicional en las ceremonias de traspaso de mando.

El 1ro. De marzo ocurrió algo inesperado, ya que muchas unidades militares hicieron el desfile en honor a las autoridades, con las armas cargadas, algo que históricamente nunca había ocurrido. En el transcurso del desfile, el doctor Martín Etchegoyen en su carácter de Presidente del Consejo que asumía el gobierno electo, ordenó despojar de su mando al finalizar el desfile a varios jerarcas militares, entre ellos el General Antonio Francese y el Gral. Adhemar Feliponne, que era el Jefe Militar de la Región Nº 1. El desfile y la ceremonia culminaron de forma normal, quedando en el recuerdo esta vivencia de un acontecimiento poco común, como es desfilar con las armas cargadas y relevar a las máximas jerarquías militares de sus cargos en plena ceremonia.-

En esta instancia histórica, quedó en evidencia el profundo respeto por la institucionalidad que en aquel momento predominaba, ya que no surgieron problemas posteriores a esa jornada, donde se cumplía uno de los rasgos fundamentales de todo sistema democrático : la rotación de partidos en el ejercicio de gobierno.





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