Médicos certificadores del BPS pararon este lunes tras amenazas de muerte

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El pasado viernes los médicos del centro de Evaluación de Incapacidad, una unidad del Banco de Previsión Social (BPS) que se dedica a realizar las juntas médicas que rechazan o aceptan la continuidad de las certificaciones médicas, soportaron que dos funcionarios médicos sufrieran amenazas de muerte.


Según dijo el doctor Fernando García Píriz a Montevideo Portal, las situaciones de violencia se generan "asiduamente", porque, explicó, debido a las funciones que se cumplen en el centro, muchas veces se generan "molestias".

"Cuando a alguien le decís que no le corresponde una certificación médica o una jubilación por incapacidad, no le gusta", comentó García, que también ejemplificó que "algún puñetazo los médicos se han llevado".

Sin embargo, el pasado viernes se produjo "la gota que rebasó el vaso". Según contó, un hombre al que se le negó la certificación identificó a dos médicos (un hombre y una mujer), integrantes de la junta médica, y los amenazó de muerte.

García señaló que este paciente ya había tenido episodios violentos dentro del centro, y que se trataba de un hombre "violento", ya que, por ejemplo, contaba con una tobillera por una denuncia de violencia de género.

Luego de esta situación, este lunes a la mañana los médicos se reunieron y decidieron acudir al centro, aunque optaron por reagendar todos los pacientes que debían ser atendidos. "No hicimos nunca paro, pero esto tomó un tono diferente. Entonces había que hacer algo. Los médicos amenazados salieron con miedo a la calle, con temor a que se apareciera este hombre", comentó.

García apuntó que han tenido el apoyo de la gerencia del BPS, institución a la que "quieren mucho", aunque señaló que los trabajadores esperan que las "autoridades de más arriba" puedan tomar alguna medida para atender esta situación.

Otros episodios:

García remarcó que estas situaciones se repiten. Uno de los episodios que más marcó se dio hace algunas semanas, cuando un guardia de seguridad privada se presentó al lugar, sacó su arma personal y la apoyó en el escritorio. Otra vez, contó, un hombre debió ser sacado del centro dos veces en un patrullero.

Montevideo Portal





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