Instituto Magisterial acaba de cumplir 79 años: once fueron los primeros alumnos

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POR SAÚL PIÑA.- Una institución de elevado prestigio. En el año 2000, por feliz iniciativa del Director del Museo Histórico “Casa de Rivera”, historiador Oscar Padrón, se realizó una encuesta de opinión, para conocer las instituciones de mayor destaque, ubicándose en el primer lugar el Instituto de Formación Docente “Mtra. María Emilia Castellanos de Puchet”.

Es práctica la afirmación de que por lo menos, en la presentación, casi todas las tendencias partidistas en que se divide la opinión pública, pretenden buscar o sostener propósitos, de mejoramiento en la vida de los pueblos.

En los programas de intención que se distribuyen en las campañas previas a la elección, están contenidos muchos objetivos relacionados con temas tales como: seguridad, salud, vivienda, obra pública, fuentes de ocupación y naturalmente educación.

Suele ocurrir, con excesiva frecuencia y para mal de las masas ciudadanas, que algunos predicadores de innovaciones acudan a malos procedimientos, que se desvíen de lo prometido o que carezcan de condiciones, para poder concretar las modificaciones necesarias.

Son ejemplo de tales casos de fracaso o lisamente engaño a los votantes, aquellos afiliados al fanatismo y a lo demagógico, que como el Hornero, trabajan muy bien con el pico, envolviendo en la palabrería los riesgos de sus engañosas promesas.

Demostrado está, que la causa real, permanente, de los pueblos, descansa en la vigencia de la democracia y el punto de partida es la educación, la que debe darse en condiciones de igualdad, desde el hogar de cada niño, que es el crisol de las etapas de formación de la libre personalidad del futuro ciudadano.

Apostolado en la educación


En este Durazno hubo -entre muchos otros prestigiosos vecinos- una mujer que dimensionó desde temprana edad la importancia de la educación y el rol que el docente tiene como fino orfebre y en colaboración con la familia, en la formación de los niños en su primera
infancia. Las diferencias vendrán, después en la vida, en la que cada uno habrá de corresponderle lo debido, a sus méritos y virtudes.

Nos referimos a la recordada Maestra María Emilia Castellanos de Puchet, quien tuvo siempre su mira y acción, en beneficio de la educación. Hija de un hogar muy humilde, donde su madre también fue padre, supo sortear los escollos y con dignidad y el cursó Magisterio en Montevideo, donde dimensionó la necesidad de creación de un Instituto Magisterial en nuestra ciudad.

Encaró la tarea sin apoyo oficial, pero contando con calificados docentes, donde prevalecía el desinterés material, dictando las clases casi de forma honoraria.

El Instituto fue inaugurado el 6 de junio de 1940 (acaba de cumplir sus 79 años) y fueron once los primeros alumnos que ingresaron.  Luego de ocupar varios locales, el 20 de octubre de 1982, pasa a funcionar en el moderno edificio ubicado en 18 de Julio y Larrañaga.

Felicitaciones a todos los funcionarios del Instituto de Formación Docente”, a los alumnos de hoy y, un grato reconocimiento a los Maestros que han egresado de esa “usina cultural”, que con su noble misión, han sido auténticos formadores de hombres de bien, dotándolos de las herramientas para enfrentar la vida con mejores posibilidades. Nuestra valoración para la personalidad de María Emilia, que no necesitó de movimientos feministas ni de cuotas para concretar sus ideas y proyectos. Supo obtener un particular lugar en la sociedad de Durazno y en declaraciones del momento expresó: “Decididamente siempre he hecho lo que me pareció más justo y dije lo que era mi verdad”.

Alguien en su tiempo dijo que “en Durazno, todo el mundo la quiere. Y si alguno no la quiere, es porque sabe que es vulnerable a las banderillas de la insobornable rectitud”.





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