12 de Octubre. Historia para la reflexión. Por Saúl Piña

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El 12 de octubre recordamos tres hechos de real significación: la Fiesta de la Hispanidad, por la llegada de Colón en 1492 a tierras americanas.

Una ocasión oportuna para que los pueblos americanos evoquen su común origen, afirmando su integración. También para recordar el punto de partida de su existencia con los caracteres que poseen en la actualidad.

Evocamos también el 12 de octubre de 1825, el aniversario de la victoria que los orientales al mando del Gral. Juan Antonio Lavalleja, logrado sobre las tropas brasileñas en “Sarandí”, lo que contribuyó al real dominio de la campaña, afianzando la Declaratoria de la Independencia, que el 25 de agosto en la Asamblea General de la Florida, había sido formulada.

El tercer hecho es una fecha muy particular para los duraznenses: el 198º aniversario de la fundación de nuestra ciudad.

Es una larga historia que protagonizaran vecinos, que se afincaron en estos pagos de “San Pedro del Durazno”.

Primero fueron indígenas y criollos, llegando luego del Viejo Mundo, inmigrantes que tenían como objetivo fundamental, aportando, sacrificio, haciendo un culto a la familia como fundamento de la sociedad, teniendo como premisa respetar derechos, sin descuidar los deberes para con el país que les dio cobijo. Esos hijos de lejanas tierras, aportaron sangre, vocación de libertad, compromiso con el trabajo, todo lo que contribuyó a dar fisonomía vigorosa y particular a la nacionalidad forjada por las tradiciones artiguistas.

Es evidente que las crisis dejan en la historia de los pueblos la enseñanza constante para no repetir los infortunios. De las dificultades se sale mirando el futuro y teniendo como guía las experiencias del pasado, con sentido fraterno, sin odios y sin revanchas y con sentido solidario y tolerancia.

En este nuestro Durazno aún queda mucho por hacer, sin desconocer lo mucho que se ha hecho. Debemos reflexionar que la morosidad excesiva es cómplice de la injusticia, pero también la ambiciosa demasiado premiosa y la fácil promesa, suelen ser malas consejeras. El buen fruto reclama sazón y prolijidad en la preparación del terreno a cultivar, sembrando una buena semilla.

El progreso de la sociedad, es un verdadero y permanente reto a la inteligencia del hombre. Vivimos en un país democrático y ello edifica para el porvenir y el porvenir no conoce límites temporales cuando la intención de los hombres es buena.

En este nuevo aniversario de la fundación de nuestra ciudad, los duraznenses todos debemos asumir el compromiso de respetar todo aquello que nos legaron nuestros mayores, en tiempos donde pareciera que todo era más cristalino y con un elevado grado de espiritualidad y empatía.

Es tiempo de abrir caminos, para un futuro de entendimiento, propiciando un escenario de fraternidad. Eso no es responsabilidad solo del Estado, sino que debe latir como impulso originario en cada uno de nosotros. Tenemos una valiosa tradición de un Uruguay fraterno y pensante y bien vale la pena el esfuerzo colectivo por una vida digna para la familia uruguaya, mediante el trabajo honesto, inteligente y con compromiso.

Hagamos honor a la sabia sentencia de Scaffo que luce nuestro escudo departamental: “En pensamiento me centro y me descentro en labor”.



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