Asesino atrapado en aeropuerto llevaba carne humana, pero no de su víctima

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Begoleã Fernandes tiene 26 años, es brasileño y reside en Países Bajos. El pasado lunes fue arrestado en Lisboa, Portugal, cuando intentaba embarcar en un avión rumbo a Belo Horizonte, Brasil, usando un falso pasaporte italiano. Las autoridades hallaron en su equipaje una bolsa con carne, tejido que las pericias comprobaron que era humana. También le incautaron ropa manchada de sangre, vendajes, documentos a nombre de varias personas y un celular.

Cuando las autoridades portuguesas contactaron a su pares neerlandeses supieron que el joven era sospechoso de un homicidio cometido el día anterior en Ámsterdam. 


Los policías portugueses llevaron al sujeto al Hospital de Santa Maria, ya que presentaba lesiones en una mano y en el vientre. Fue dado de alta el mismo día y quedó recluido a la espera de su extradición a Países Bajos.

Según consigna el periódico O Globo, Fernandes tenía en Holanda un relacionamiento conflictivo con otros brasileños radicados allí, situación que la madre del detenido también denunció en redes sociales.

Esas desavenencias habrían llevado a Fernandes a matar a su compatriota Alan Lopes, de su misma edad, y luego dejar el país.

Sospechas de canibalismo

Tras el arresto, el periódico luso Correio da Manha confirmó que la carne encontrada en el equipaje del criminal era humana, pero detalló que no correspondía a la víctima del crimen. Los investigadores portugueses estimaron entonces que podrían estar ante un caso de canibalismo. Esta hipótesis no fue tenida en cuenta, al menos de momento, por las autoridades neerlandesas.

Según el periódico holandés Het Parool, Begoleã es “sospechoso de asesinato u homicidio involuntario en los Países Bajos, pero no de canibalismo”.

Curiosamente, Begoleã confesó el crimen en un mensaje enviado a un amigo, según informaron a O Globo familiares de la víctima. En el mensaje, el sospechoso afirmaba que Alan era un caníbal y que planeaba comérselo, razón por la que dijo actuar en defensa propia. Los audios fueron entregados a las autoridades holandesas.

Begoleã era una visitante frecuente en la casa de la familia de Alan, quien había vivido en Ámsterdam durante siete años con su madre y su hermana. La víctima trabajaba en una carnicería. En las últimas semanas, Begoleã había estado paranoico y desconectado, según los familiares de la víctima, que viajaban por Francia en el momento del crimen.

Hasta el momento, no se estableció el origen de la carne humana que Fernandes llevaba consigo en su huida.

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