
A las 15:28 en punto, en el Centro Cultural Teatro Español, y tras la lectura solemne del acta notarial, el Dr. Felipe José Algorta Brit firmó como nuevo jefe del gobierno departamental de Durazno. Con esa rúbrica -respaldada por la Constitución y refrendada por una sala repleta de vecinos, autoridades y referentes políticos- comenzó oficialmente una nueva etapa para el centro del país.
A sus 40 años, Algorta accede al cargo tras una elección que lo posicionó como sucesor de Carmelo Vidalín, figura determinante en la política duraznense durante más de dos décadas. En su discurso inaugural, lejos de los eslóganes o de los anuncios de impacto inmediato, el flamante jefe comunal optó por una narrativa de profundidad, en la que la gratitud, la memoria, la identidad local y el compromiso ocuparon el centro.“Un día que no me voy a olvidar nunca más”
“Es un día que no me voy a olvidar nunca más”, fueron sus primeras palabras, marcadas por la emoción de quien se sabe parte de una historia mayor. Rodeado de afectos, Algorta agradeció a su familia —incluso a quienes ya no están, como su abuela “Jojo”—, a sus amigos, a sus maestros políticos y espirituales, y a todos los que alguna vez lo impulsaron a seguir el camino de la función pública.
“Este no era un día soñado, pero mi sueño real es que dentro de cinco años la gente esté orgullosa de lo que hicimos”, dijo en un pasaje central, que definió el tono general de su intervención: sin triunfalismos, pero con una fe profunda en la posibilidad de hacer política con alma, con orden y con resultados.
Un homenaje a Vidalín: “Pusiste a Durazno en el centro”
Uno de los momentos más simbólicos del acto fue el presente que Algorta le entregó a su antecesor: un cuadro que lo retrata sobre el escenario del Pilsen Rock, guitarra en mano. “Lo pinta de cuerpo y alma”, dijo, destacando cómo Vidalín supo combinar sensibilidad popular con gestión pública. Recordó incluso una anécdota juvenil, cuando fue a buscar una bandera a la casa del entonces intendente: “Nunca me había visto, y sin embargo me reconoció. Ahí me di cuenta de que tenía condiciones”...
Algorta agradeció especialmente la presencia del expresidente Luis Lacalle Pou, a quien consideró una guía política que le enseñó a no improvisar, y del senador Javier García, por su confianza constante. También saludó con respeto al dos veces ministro y exintendente Raúl Iturria, citando una frase suya que lo marcó: “El cargo de intendente es el más lindo, porque permite hacer y responder rápido a los sueños de la gente.”
De lo simbólico a lo concreto: visión de gestión
Tras los agradecimientos y homenajes, el nuevo intendente dedicó buena parte de su discurso a compartir principios y orientaciones de su futura gestión. Sin caer en tecnicismos, dejó en claro su apuesta por una política de cercanía y acción: “Vamos a cambiar la queja por la acción. No todo lo tiene que hacer la Intendencia, pero todo debe contar con nuestro impulso.”
Con tono firme, pidió a su equipo compromiso absoluto y humildad: “No toleraremos funcionarios que se crean imprescindibles. Nadie lo es. Y el único privilegio que tendrán será el de servir a la gente. Vaya privilegio, pero va a ser el único.”
Se comprometió a abrir las puertas del gobierno departamental a todos los duraznenses “de buena voluntad”, sin importar su filiación política o creencia religiosa. “Si queremos equivocarnos menos, tenemos que escuchar más. Tenemos que convocar más”, subrayó.
Desafíos del presente: infancia, educación y nuevas generaciones
Algorta también habló con preocupación de desafíos que enfrenta la sociedad: un 30% de niños pobres y un 50% de jóvenes que no finaliza el liceo. Llamó a trabajar con urgencia en políticas públicas que garanticen igualdad de oportunidades. “La frase ‘mente sana, cuerpo sano’ será más que un lema: es una hoja de ruta”, afirmó, anunciando un enfoque fuerte en deporte, convivencia y contención juvenil.
Reconoció el “shock de infraestructura” de los últimos años, pero aclaró que no alcanza con ladrillos: “Hay que construir comunidad. Hay que apostar al desarrollo humano.” También llamó a preparar al departamento para una era atravesada por la inteligencia artificial, la automatización y el cambio cultural.
Unidad, sobriedad y propósito
“No vamos a dejarnos llevar por las redes sociales. Tenemos una agenda clara, con rumbo”, dijo en otro de los tramos centrales. Citando a San Francisco de Asís, se despidió con una frase que sintetiza su aspiración: “Empieza haciendo lo necesario, sigue haciendo lo posible, y terminarás haciendo lo imposible.”
Al finalizar, se fundió en abrazos con su familia, colegas, amigos y referentes de distintas tiendas políticas. Su mensaje fue claro: en un tiempo de fragmentación, Durazno apuesta a un liderazgo con convicciones, pero también con escucha. Un liderazgo que no se proclama infalible, pero que se sabe dispuesto a aprender, a construir y a no rendirse. Durazno, en el centro, otra vez. Pero con un nuevo impulso.