Profesor Carlos Scaffo Bonfrisco: un legado de dignidad. Por Saúl Piña

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Crédito de la foto: ANEP

Fortalece el símbolo de identidad, la invocación y la demanda en el reconocimiento y recuerdo, de los ciudadanos que marcaron ejemplos de laboriosidad, transitando la vida con dignidad y profundo sentido de ética. En lo mejor del libro de la historia de Durazno, ocupa un sitio especial el Profesor Carlos Scaffo Bonfrisco, un calificado profesor de Filosofía y Literatura.

Nació en el paraje “La Curva”, en un hogar de inmigrantes italianos, tomando desde su infancia contacto con las labores de la tierra, lo que implica, sacrificio y amor por la Naturaleza. Fue en ese ámbito y en ese tiempo, donde encontró la inspiración para la leyenda que luce nuestro
Escudo Departamental: “En pensamiento me centro y me descentro en labor”. 

La búsqueda de la verdad signó su vida. Tenía el don de valorar la belleza de las cosas simples que integran la existencia humana, descubriendo que el secreto de la genialidad, radica en conservar el espíritu de niño. En tiempos de intemperancia, supo enfrentar las injusticias que lo afectaron directamente, con otra gran condición: la tolerancia, superando esas etapas con nobleza y mirando el futuro con humildad sin alimentar rencores. 

En su vida, dio testimonio de que por encima de la pequeña pertenencia a tal o cual oficio -que cada uno pueda tener- hay una profesión universal, la de ser hombre; a ella no se pertenece, por ella se es. Don Carlos tenía esa categoría y fue un señor de la dignidad y su vida fue fruto del cultivo de su templo interior. 

Jamás pensó escalar posiciones que solo se logran, dejando jirones de decoro y dignidad en la antesala de los jerarcas de turno. Docente por muchos años, educó pero no adoctrinó .En su magisterio sembró el fruto del amor por el semejante, el valor de la juventud y el sentido ético superior, lo que practicó como padre, poeta, como docente y también en el ámbito político.

Don Carlos con su magistral pluma, marcó rumbo en la búsqueda de la verdad y del conocimiento de la luz del alma, sintiendo cada día con frescura original, la fe en los grandes principios que unifican y otorgan sentido a la acción del ser humano sobre el planeta.

Cultivó en profundidad los auténticos valores humanos. Tenía el don de evaluar la belleza de las cosas simples y sabía que el secreto de la genialidad, es conservar el espíritu de niño.

En sus clases fomentó en el alumno, a que se atreviera en la búsqueda de la profundidad interior. Scaffo tenía el privilegio de conocer el secreto de la superación, afirmando que: “el hombre es un peregrino alucinado en pos de lo absoluto”.

Se recuerda su gesto adusto y en especial su magnetismo, trasparentando la bondad y el nivel moral en toda su persona.

Por iniciativa del Club de Leones, la Biblioteca Municipal fue designada con el nombre de “Prof. Carlos Scaffo", un justo reconocimiento del cual tengo un grato recuerdo, ya que el descubrimiento de la placa en la biblioteca, lo hice como Presidente de Leones, acompañado por el Intendente, Ing. Luis Hugo Apolo.

El tiempo valora lo virtuoso, y es por eso que el espíritu y la conducta de vida de Scaffo, será una brújula para quienes tuvimos el elevado privilegio de conocerlo.

Este calificado poeta y filósofo, siempre fue acompañado por luz del pensador y la llama de la fe en el hombre, ubicándose sobre las pasiones humanas, desestimando falsos oropeles, colocándose por encima de los infinitos y sabiendo que el hombre se alza gracias a la calidad de su pensamiento.

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