
En el corazón de un crecimiento suburbano que avanza a un ritmo elevado, más de 500 personas en Durazno viven en un aislamiento forzado, privadas de un servicio básico: el transporte público. Esta es la realidad del complejo de MEVIR en la zona de La Curva, una situación que la edil del Frente Amplio, María Bocchiardo, volvió a plantear con ante la Junta este jueves 18 de diciembre, detallando una problemática que afecta severamente la calidad de vida, especialmente de adultos mayores.
Bocchiardo describió un sector con un estimado de entre 500 y 800 residentes, situado a entre 4 y 5 kilómetros del centro de la ciudad, donde se concentran la mayoría de los trámites públicos, eventos culturales, centros educativos y el principal acceso a la salud. “Muchos de sus pobladores son personas bastante mayores, a veces con dificultad para su movilidad”, explicó, subrayando la paradoja de un crecimiento demográfico que no se ve correspondido con la infraestructura de movilidad.La conexión con los servicios esenciales, según su exposición, es precaria. Aunque en el local de MEVIR funciona una Ronda Rural de atención médica de ASSE cada quince días, el acceso a otros Prestadores de Salud o al Hospital es difícil. La situación se agrava, señaló, porque “no existe ningún medio de transporte público que llegue hasta La Curva”, lo que convierte a sus habitantes en “población cautiva” de tener un vehículo propio, ya que la distancia también desalienta el uso de la bicicleta.
Bocchiardo relató el historial frustrante del servicio. Los vecinos le refirieron que la empresa NOSSAR llegó a operar en la zona, pero dejó de hacerlo porque los boletos vendidos no cubrían los gastos de funcionamiento. Lo que resulta más difícil de comprender, según su análisis, es la actual situación, porque la línea llega hasta el cruce de la ruta 14 y la 'continuación' de José Gómez, a escasas cuadras del Complejo MEVIR, e incluso realiza esperas allí. “Algunos vecinos se acercan a ese bypass y dependiendo de la buena voluntad del chofer del ómnibus les permite subir o no”, expuso.
Un dato que evidencia la viabilidad técnica de la ruta, según su argumentación, es que los sábados y domingos el ómnibus sí pasa por el Complejo, al coincidir con el horario de visita a la cárcel (Instituto Nacional de Rehabilitación - INR), aunque no recoja pasajeros específicamente de MEVIR.
Ante este cuadro, Bocchiardo formuló una solicitud concreta a las autoridades: reestudiar la situación de La Curva para establecer, al menos, dos o tres frecuencias diarias. Reconoció que la ecuación económica podría no cerrar para una empresa privada, por lo que sugirió abiertamente la necesidad de explorar un subsidio por parte del Gobierno Departamental, “como lo realizan muchas otras intendencias” en casos similares.
Su pedido fue dirigido formalmente a la Comisión de Tránsito de la Junta, a la División de Tránsito de la Intendencia de Durazno y al propio Intendente, en un intento por aportar soluciones a un problema que, según su descripción, condena a cientos de ciudadanos a una innecesaria y dura desconexión de la vida cívica y social de la ciudad.







