Rafael Radi: “Estamos entrando en una cuarta fase” ante “inminente ingreso de ómicron”

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El doctor en Ciencias Biológicas, presidente de la Academia Nacional de Ciencias del Uruguay y excoordinador del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), Rafael Radi, recibió el pasado jueves el Gran Premio Nacional de Ciencias que otorga el Ministerio de Educación y Cultura (MEC).


Radi ha trabajado extensamente en la dilucidación de los mecanismos moleculares por los que los radicales libres, los oxidantes y el óxido nítrico participan en patologías humanas. Es investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar) y el primer experto uruguayo asociado a la prestigiosa Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

Es mediante el decreto n.° 306/021 del Poder Ejecutivo y en conmemoración de los 100 años del nacimiento del doctor Roberto Caldeyro-Barcia que se lleva adelante este reconocimiento.

Entrevistado por En Perspectiva (Radiomundo), Radi habló sobre el premio recibido, el futuro de la ciencia en Uruguay y la situación sanitaria actual con respecto al coronavirus, entre otros temas.

“Este premio se otorga en reconocimiento a los 100 años de la obra y trayectoria de Roberto Caldeyro-Barcia y lo entiendo como un símbolo de la valorización que la ciencia fundamental, la ciencia con mayúscula, tiene ahora en el país y que las autoridades quieren darle”, expresó Radi.

“Es una señal interesante, simbólica, que puede marcar el inicio de un camino. Si la señal es la única quedará como un elemento más, pero si forma parte de un conjunto de escalones a subir en los próximos años puede indicar el reinicio de un proceso fértil. Uruguay tuvo distintas oleadas de empuje a la ciencia, año 1987, 1988, nacimiento del Pedeciba (Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas), año 1999 Fondo Nacional de Investigadores, año 2007 creación de la ANII (Agencia Nacional de Investigación e Innovación), del Sistema Nacional de Investigadores y un poco antes del Institut Pasteur de Montevideo. Ha habido fenómenos espasmódicos de empuje a la ciencia, pero luego hay un período de quietud. Hace 10 a 11 años estamos en un período de estancamiento en el desarrollo del sistema”, comentó el bioquímico.

En ese sentido, Radi ve el premio “como una señal”, pero espera “sea continua en el tiempo” para que “se conforme en una política de Estado”. Radi hizo énfasis en el tema presupuestal, donde advirtió que “el Estado va a tener que jugar un rol importante porque hay un conjunto de actividades que el sector privado nunca va a financiar”, por ejemplo, becas doctorales, posdoctorales, instalación de institutos de investigación ni compra de equipamiento de alto porte.

 “Hay programas de llamados de equipamientos que hoy están muy reducidos en tamaño, que hay que hacer crecer. Todo lo que es formación de personal científico, infraestructuras, el apoyo a la ciencia básica, solamente lo puede cubrir el sector público”, aseguró.

Por otro lado, sobre el rol del GACH y la visibilidad de la ciencia en tiempos de pandemia, Radi opinó que “no era oportuno” ni elegante “cuando la ciencia estaba metida en parte de la gestión que se empezara a generar ruido entre los actores por un tema presupuestal. Esto nunca fue una moneda de cambio”. “Los tiempos son importantes de respetarlos, tenemos muy claro que el año 2022 es decisivo. Lo hemos conversado con distintos actores del gobierno del máximo nivel”, acotó.

“Creo que el año que viene es decisivo porque es el tercer año de gobierno, por eso vuelvo a mencionar que hay que ser muy delicado y serio cuando se empieza a pensar en un esquema de financiación que solamente incluya al sector privado. Creo que hay una responsabilidad histórica que implica poner recursos públicos”, añadió.

Radi recordó que Uruguay invierte un 0,4% del Producto Bruto Interno en Ciencia y Tecnología, y hay “un retraso que lleva más de 11 años de inamovilidad del presupuesto para Ciencia y Tecnología”.

Variante ómicron

Radi también fue consultado por el periodista y conductor de En Perspectiva, Emiliano Cotelo, sobre qué análisis hacía de la situación sanitaria actual y la inminente detección de la variante ómicron en nuestro país.

“Nosotros cuando nos fuimos (con el GACH) cuando se hizo el acto del Sodre, donde pudimos hacer un resumen, planteamos que Uruguay estaba transitando la tercer fase de la pandemia. Hubo una primer fase que fue de marzo a diciembre, donde con la estrategia tetris (testeo, rastreo y aislamiento) se mantuvo la situación bajo control y desacoplada de la región. Argentina y Brasil estaban en rojo y nosotros en verde, teníamos el comportamiento de una isla porque la herramienta del tetris fue muy fuerte y porque la población también acompañó las medidas de intervención no farmacológicas”, señaló.

“A partir de diciembre hay un cambio. En febrero se suma la entrada de una variante de preocupación más transmisible, que fue la variante gamma p P.1, que originalmente se inició en Manaos, lo cual sumado al aumento de la movilidad de febrero generó una gran ola muy extendida. Esa fue la segunda fase, que fue de descontrol, que nos generó estar en los primeros lugares del planeta en términos de infectados por cada 100.000 habitantes. Que paradójicamente se superpuso con el inicio de un muy exitoso y muy bien organizado plan de vacunación. Con vacunas fueron eficientes, cuya combinación en el momento fue muy bueno, pero que había que darle tiempo para actuar. Sabíamos que con ese nivel de transmisión antes de los tres meses del inicio era imposible”, dijo el bioquímico.

Radi expresó que la tercera fase se dio con el “desacople” de la movilidad y contagios, que ocurrió a fines de mayo, principios de junio. “Esa fue la tercer fase de retomar el control y volvimos al tetris”. “Creo que ahora estamos entrando en una cuarta fase, donde hay un aumento sostenido del número de casos, donde progresivamente se empieza a desafiar la estrategia tetris. Hay que recordar que si uno pierde el rastreo eso genera un salto”, añadió.

El científico puso como ejemplo el caso de Dinamarca, que fue “de los mejores de la clase en Europa” y a mediados de diciembre tuvo “un pico de contagios de 3.500 casos por día y hoy está llegando a valores de 12.000 casos por día, con un nivel de vacunación de segunda y tercera dosis muy parecido al nuestro”. “Por supuesto que proporcionalmente hay mucho menos ingresos al hospital y menos muertos en Dinamarca, pero la relación de casos ahora pasa a ser un octavo, un décimo de lo que era antes, pero si los casos aumentan mucho, aunque el porcentaje sea menor, igual va a haber unos cuantos casos”, acotó.

Radi señaló que “en esta cuarta fase” con el “inminente ingreso de ómicron” lo que se esperaría es “que los casos aumenten”. “Psicológicamente tenemos que estar preparados a que eso puede pasar y tenemos que estar preparados para impedir que eso pase, para que genere una ola muy grande. Ola va a haber, pero el tema es la altura de la ola, que va a dar una proporción X es de hospitalizaciones y fallecimientos, pero también muchas disrupciones en el funcionamiento social”, añadió.

El bioquímico sostuvo que “no hay que hablar de pospandemia” porque “está mal y es incorrecto”. “Aprovechando el clima benévolo y la vida al aire libre, a diferencia de lo que pasa en el hemisferio norte que están yendo hacia el invierno y el hacinamiento, recordando algunas de las acciones que tuvimos el verano pasado, podemos reproducir una parte de eso y tener un verano relativamente benévolo, impedir que si entra ómicron, que va a entrar, tener tantos casos y disrupciones. Tenemos que actuar con prudencia”, aseguró.

Fuente: EnPerspectiva

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