
En la sesión legislativa del jueves 28 de agosto, el curul Miguel Grillo del Frente Amplio, expuso con cifras y argumentos la preocupación por la disminución de población en las zonas rurales y sus efectos sobre la producción uruguaya.
El planteamiento se apoyó en datos históricos que muestran un cambio drástico en la demografía del país y en la necesidad de diseñar políticas públicas para revertir la tendencia.Grillo recordó que, en 1960, alrededor del 21% de la población —unas 500.000 personas— residía en áreas rurales. Para 2011, esa cifra había caído al 4%, equivalente a unos 150.000 uruguayos. El edil describió la situación como una emigración del 71% en medio siglo, un fenómeno que consideró “imparable” si no se toman medidas, y que afecta no solo a Durazno sino a todo Uruguay.
El tema fue abordado en la última reunión de la Mesa de Desarrollo Rural, realizada en el Centro de Desarrollo de La Palma, con participación del Ministerio de Ganadería, técnicos y representantes de entidades y agrupaciones de productores. Allí, relató, se discutió cómo la falta de recambio generacional en las empresas familiares amenaza la continuidad de la producción agropecuaria.
Grillo manifestó que esta migración masiva de jóvenes hacia centros urbanos no solo debilita la producción, sino que genera presiones sobre la infraestructura urbana, desde la vivienda hasta los servicios sociales. El desmembramiento familiar, la escasez de mano de obra y los salarios magros se combinan con caminos en mal estado, dificultades de comunicación, falta de acceso a la medicina y carencia de centros educativos calificados, reveló, enumerando factores que profundizan el abandono del campo.
La falta de actividades culturales y deportivas, junto con las dificultades para producir y comercializar, completan un panorama complejo, al que se suma la introducción de nuevas tecnologías que reemplazan la mano de obra tradicional.