A los 93 años, Romeo Borreani donó su archivo histórico a Sarandí del Yí 📹

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Toda comunidad tiene un guardián de su memoria. En Sarandí del Yí, ese guardián, durante más de medio siglo, ha sido el profesor Romeo Borreani. A sus 93 años, en el marco de los 150 años de la ciudad, el profesor ha decidido realizar la entrega más significativa: no solo dona objetos, sino que lega la historia viva de generaciones.

"Hay buena parte de mi vida acá en Sarandí, que la estoy dejando en manos de las autoridades para que las próximas generaciones tengan elementos valederos que les haga recordar aspectos en lo social, en lo deportivo, en lo cultural de la vida de Sarandí, en un periodo casi de más de 50 años", comentó.

Fotografías, manuscritos, recortes de prensa. Cada pieza es un fragmento de un rompecabezas colectivo. Este no es un archivo polvoriento; es un tesoro cultural que refleja la identidad y el alma de un pueblo. Un gesto que fue recibido con emoción y con la conciencia de la responsabilidad que conlleva.

"Bueno, por lo pronto lo que hace el Municipio es recibir el material y lo vamos a tener en custodia en Casa de la Cultura en alguna vitrina y va a ser material de consulta... hay que evaluar el material y aprovecharlo", comentó el director de Cultura, Fredy Huertas.

Entre los recuerdos, laten historias personales que son la esencia de la comunidad. Lazos forjados en la segunda casa de muchos: el club, la plaza.

"Nos formamos esta segunda casa, fue la Plaza de Deportes, 60 años atrás. Una época inolvidable... con muchos compañeros que partieron... Y bueno, que quede en este recuerdo para las próximas generaciones lo que fue la década del 70, el clan 70", sostuvo el alcalde Mario Pereyra.

Y en un acto de profunda gratitud, este legado se convierte en una devolución. El cierre de un círculo de vida, amor y pertenencia. "Y... lo entrego como parte misma de devolución de todo lo que me ha dado Sarandí a mí como persona", sostuvo Borreani.

Borreani no solo donó su colección, entregó los recuerdos que nos unen, las pruebas de lo que fuimos y el mapa para que las futuras generaciones sepan de dónde vienen. Porque, al final, la historia de un pueblo la escriben personas como él, con la tinta indeleble de la memoria.

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