El cementerio de la localidad de Carlos Reyles, en el departamento de Durazno, ubicado en un predio rural de una hectárea, enfrenta una situación crítica debido a su proximidad con un terreno de seis hectáreas que, desde hace aproximadamente tres décadas, ha funcionado como vertedero municipal y zona de extracción de materiales.
Así lo expuso el edil del Partido Nacional, Horacio Corvo, durante la sesión ordinaria de la Junta Departamental realizada el jueves 27 de noviembre a la hora 20:00, donde alertó sobre el deterioro ambiental y visual que afecta a este espacio destinado al “reposo” de los fallecidos.“Al lado del camposanto de la localidad encontramos un depósito de ramas y materiales que evidentemente no condicen con el cometido esencial que tiene ese lugar”, afirmó Corvo, quien detalló que el problema se agrava por la ubicación del cementerio en el padrón 4776, lindero con un terreno fiscal -padrón 10.208- utilizado históricamente como basural y cantera informal para obras viales.
Frente a este escenario, el curul propuso una solución concreta en el marco del próximo Presupuesto Quinquenal. Concretamente, Corvo solicitó: 1- La construcción de un muro perimetral para aislar el cementerio de la zona contaminada. 2 - La adecuación del acceso vial. Según sus cálculos, la intervención incluiría, 3 - un estacionamiento y, 4, el mejoramiento de unos 700 metros del camino Domingo Bordaberry, que conecta el camposanto con la localidad.
Corvo solicitó formalmente que su planteamiento sea remitido al Ejecutivo comunal y a las comisiones de Hacienda y Presupuesto, Obras, y Medio Ambiente de la Junta Departamental. “Estamos a tiempo de corregir esta situación”, insistió, al tiempo que subrayó la necesidad de actuar antes de que el deterioro avance.
