Embarazos de adolescentes se redujeron a la mitad en los últimos 15 años en Uruguay

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El ministro de Salud Pública, Jorge Basso, presentó datos actualizados de natalidad, fecundidad y mortalidad infantil en Uruguay, los que consideró positivos, y repasó los principales factores que incidieron en la mejora, centrados en políticas sanitarias desplegadas, como los controles de embarazo (que superan el 90 %), la incorporación de prestaciones y la vacunación. 

Dijo que  políticas sociales de cercanía y acompañamiento, como Uruguay Crece Contigo, también fueron fundamentales.

La información, brindada en un desayuno de trabajo con periodistas realizado este jueves 27 en la sede ministerial, revela que la tasa de fecundidad permanece por debajo del nivel de reemplazo poblacional, con una tendencia decreciente con pequeñas oscilaciones, pero que concuerda con una realidad mundial, sobre todo de los países desarrollados.

Los casos de embarazo adolescente continúan en un descenso persistente y llegaron en 2019 a la mitad de las cifras de nacimientos que había en 2004. En 2019 la tasa fue de 31,5 ‰ nacidos vivos en adolescentes de entre 15 y 19 años, mientras que 15 años atrás era de 59 ‰. Los datos que aún preocupan son los vinculados a embarazos en menores de 14 años, pues se considera que hay abuso y violencia, situaciones que deben ser abordadas caso a caso.

Las cifras de reducción de embarazo adolescente incidieron en un 22 % en el dato global de baja de la natalidad en el país. “Se trata de un descenso bien pronunciado en Uruguay respecto al resto de los países del mundo”, sostuvo el ministro Basso. En 2019 se realizaron 10.227 interrupciones voluntarias de embarazo (IVE), 146 procedimientos menos que en 2018. Se considera que no incidió directamente en el descenso de los embarazos adolescentes.

El dato de mortalidad infantil no cambió respecto del año anterior y se ubicó en 6,8 ‰ nacidos vivos. El ministro explicó que se trata de una tendencia descendente que ya lleva 20 años, con algunas fluctuaciones. Aclaró que si bien no bajó, es un desafío mantener estas tasas estables, cuando, al mismo tiempo, se da una baja de la natalidad, ya que una muerte puede desestabilizar el indicador. En total hubo 14 defunciones el año pasado. Las principales causas de estos fallecimientos son trastornos consecuencia de la prematurez y malformaciones congénitas.

Si se compara a Uruguay con el resto del mundo, en mortalidad infantil está próximo a países desarrollados, con 6,8 ‰ nacidos vivos. En  América del Norte y Europa la tasa es 4,7 y en América Latina y el Caribe, 14,2. En el mundo el promedio alcanza los 28,9 ‰ nacidos vivos.

En la oportunidad, también se divulgaron algunos datos preliminares de la Encuesta de Lactancia, Prácticas de Alimentación y Anemia en menores de 24 meses, usuarios del sistema de salud. Partiendo de una muestra de 1.380 niños de entre 6 y 24 meses, el 23,8 % tenía anemia, lo que se consideran cifras mejores que las de años anteriores. Por ejemplo, en 2011 era 31,5 %. Otra información considerada relevante por los expertos es que más del 70 % de las familias le administra suplemento de hierro medicamentoso a sus hijos.


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